Ayer (21-05-08) empezó el ciclo Poesía en Patagonia, organizado por José Carlos Yrigoyen, Álbum del Universo Bakterial y claro, Patagonia. Todos los miércoles de aquí a julio dos poetas leerán sus textos en este restaurante de comida reconfortante, paredes tachonadas de fotos y puro amor al arte. Para la primera fecha fuimos invitados Renato Cisneros y yo.
Cuando llegué había un par de personas; una chica un poco despistada que me preguntó si era algo de los Pinasco (bueno, sí, de mi papá, le dije). No, si era pariente de la familia Pinasco (claro, de MI familia Pinasco, respondí). No, o sea, de Bruno Pinasco? (Aaaah, ya. Los Pinasco famosos. No.) Así que no eres nada de los Pinasco. (Nnno, de esos no.). Luego una señora me preguntó si había llegado Renato (todavía) y si estaba la otra organizadora, una Pinasco, porque quería saber si ella, la señora, podía leer sus poemas (la Pinasco soy yo, pero no soy la organizadora. Puedes hablar con Grapa). Grapa? (Sí). Es hombre o mujer? (Mujer, tiene lentes y un polo naranja, es muy simpática). Regresó triunfal después de unos minutos y me dijo, ya sé, la otra organizadora se llama Alicia Pinasco (es Alessandra Pinasco, y soy yo, pero no soy la organizadora. Y así ad infinitum).
Pronto el local se llenó (lo atribuyo a la celebridad de Renato; se supone que Busca Novia, pero en realidad creo que las buscanovios lo buscan a él) y nos acomodamos en un precioso sofá rojo. Me pasaron el micro y empecé a hablar de las bondades de la poesía de Renato (soy su fan) cuando empezó a meterse una radionovela por los parlantes. (“Me sirves un vaso de agua, por favor?” “Cómo no, encantado.” “Cariño, no me dejes.” “Buajajajaja!”) Así que optamos por abandonar el micro y gritar. Pero no grité suficiente; toda la gente que estaba en la mitad de atrás, creo, no escuchó nada de mis primeros tres poemas. Así que José Carlos les pidió a todos que se acercaran; terminamos todos alrededor de la mesa, la onda era la de decenas de personas tomando juntas un café. Genial. Cada uno leyó seis poemas y luego un poema del otro; Renato eligió para que yo lo leyera mi poema favorito de su excelente Nuevos Poemas Italianos, “Al pie de una fontana”, que empieza con el piropo más irresistible que haya visto jamás en verso: “Me apabullan tus silencios elegantes.” Él leyó uno mío que habla de metáforas y pasteles de manzana y agujeros negros, sonó mejor que nunca.La noche ha dejado un rastro de felicidad. La onda está inmejorable para leer poemas y compartir después, entre amigos y desconocidos que pronto se convierten en amigos (hasta revelé el 'misterio' del cd que viene en Lost and Found, chk myspace.com/lostandfoundblog). Los poetas elegidos para las siguientes fechas están geniales. No dejen de ir.
